Erick Gonzalez: "Yo considero el arte conceptual como un arte mayor que ha influido una gran diversidad de corrientes artísticas actuales, incluyendo la mía (...) Pero es también un terreno que se presta a la charlatanería, a la pseudo filosofía y a la manipulación del arte y de los conceptos que lo definen."
Entrevista a Erick Gonzalez por Laurent Bouisset.
Entrevista a Erick Gonzalez por Laurent Bouisset.
Que tal Erick, ahora que vives en Phnom Penh, Camboya, qué país te parece mas lejano? Francia o Guatemala?
Definitivamente Francia. No tiene que ver con la geografía, más bien se trata de la oposición Occidente-no occidente. Yo creo que lo que más me atrae de este país son las similitudes entre la historia reciente de Camboya y la de Guatemala. Recuerdo haber leído una frase de Francis Bacon que decía que “los hombres se reconocen en la miseria” y es eso más o menos lo que sentí cuando vi de más cerca los estragos de esta especie de auto genocidio del pueblo camboyano. Me hizo pensar en mi propio país, en sus errores, en la capacidad de la gente a levantarse, a retomar el curso de la vida y a reconstruirse. Además Camboya y Guatemala son dos países pobres (en vías de desarrollo para ser políticamente correcto) que conocen los grandes conflictos sociales como la desigualdad y la exclusión.
Y cómo está la violencia actual? Se siente allá un nivel de inseguridad comparable al de la capital de tu país de origen Guatemala? Existen las maras camboyanas? o hay otra manera de funcionar o más bien de no funcionar allá?
No hay comparación. Para empezar aquí en Camboya no existe la inseguridad. Son dos formas diferentes de afrontar una realidad social similar.
La Guatemala de post guerra nunca pudo controlar la violencia cotidiana. Incluso hay más muertes violentas por día que durante el conflicto armado. Que es lo que ha cambiado? Solamente la aparición de nuevos actores que han empeorado la situación como los narcos y las maras… Los políticos corruptos ya existían desde antes.
La seguridad, o más bien la inseguridad, es el punto donde las similitudes entre Camboya y Guatemala se bifurcan. Yo no sé qué le pasó a Guatemala, no entiendo como entramos en esta espiral infernal de violencia. Imagino que es el resultado de tantas desigualdades, de la falta de justicia y de los abusos por parte de las clases dominantes. Una sociedad a la que se le ha negado desde siempre el acceso a la educación, a la tierra y a la riqueza es un terreno fértil para toda forma de explosión social.
En Camboya, sin embargo, se vive otra forma de violencia menos evidente, silenciosa pero no menos brutal. Es la violencia traducida en explotación de la clase obrera por los grandes poderes económicos locales e internacionales… del no respeto a los derechos humanos, de la exclusión y de un Estado policiaco donde la libertad de expresión es casi inexistente.
La inseguridad o la violencia tal cual es menos visible aquí.
Podrías hablarnos como tercera pregunta de la influencia de Camboya en tu trabajo artístico?
Que cambios has identificado en tu manera de concebir, de practicar la creación desde que vives allá?
Haz pasado por periodos de duda? de perdición? de total desterritorializaciôn?
Como esto ha contribuido a tu continuidad? No siento que hayas bajado el ritmo… Al contrario, pareciera que has encontrado allá una cierta energía. Me equivoco?
Primero respondo a una de tus preguntas que atrae especialmente mi atención:
Si tengo dudas? Ahora que lo dices… Sí, me doy cuenta que tengo muchas dudas. Estos últimos años he adquirido una cierta seguridad en mi trabajo. No una seguridad pretenciosa sino esa que viene como resultado de la practica constante del arte. Esta seguridad me ha permitido hacer una transición calculada entre la pintura y otros soportes como los objetos, la foto, la instalación, etc. Y las dudas no vienen de esa decisión de experimentar otros medios. Para mí es normal que un artista busque siempre la mejor manera de representar sus ideas. Dudo sobre todo de los códigos y del lenguaje que utilizo en mis obras, siempre tan occidentales, tan ligados a MÍ y mi propia cultura que podrían no ser entendidos fuera de su contexto. La desterritorializacion como bien lo has dicho.
Pero no me siento perdido, no más aquí que en Francia y para ser sincero tampoco estoy buscando encontrarme.
Yo dudo de mi forma de construir, es cierto, pero también dudo del compromiso del público para entender el arte contemporáneo. De las instituciones del arte, de los galeristas, pero sobre todo, dudo de las ideas ancladas en la cabeza de los artistas y del público sobre lo que el arte “debería” ser.
Con respecto a la influencia de Camboya en mi trabajo, no sé si es realmente una influencia o si las ideas se desarrollaron aquí por la fuerza de la inercia. En Paris, yo ya había comenzado a crear obras a partir de objetos existentes -como libros de segunda mano, manos de maniquís de vitrina, objetos plásticos, etc.- los cuales intervenía para darles una nueva lectura. Esta idea estaba asociada al vínculo entre al arte y el dinero. Yo quería romper esos vínculos entre la capacidad económica y la creación artística. No quería que el dinero fuera una fuente de frustración para la realización de mis obras. Además esto me ha obligado a focalizarme en la construcción de la idea o del concepto.
En mi exposición más reciente, presenté una obra sonora que consiste en grabaciones que hablan de este país de posguerra. Me tocó caminar durante horas y horas como un cazador de sonidos, teléfono celular en mano en modo “Audio recorder” pero fue algo muy enriquecedor y coherente con la idea que tenia de crear con bajo presupuesto. Además no podría decir que fue un esfuerzo, a mí siempre me ha gustado la calle.
En mi producción personal, como te decía antes, yo he focalizado mi búsqueda en el arte de los objetos, revisitarlos, asociarlos, darles un nuevo sentido… construir a partir del lenguaje simbólico y las formas de esos objetos. Quisiera desligarme de toda receta del arte y desacralizarlo… crear con lo que tenga a la mano.
En lo que concierne a mi “ritmo de producción”, no siento que haya bajado. Tal vez produzco menos pero para mí eso no es bajar el ritmo. Yo dedico mucho más tiempo a la reflexión y a la concepción de una obra que a su realización. En todo caso mucho más tiempo aquí que en Francia.
Y por esa energía de la que hablas, creo que ya la conocía, como si reviviera esa sensación de posguerra que conocí en Guatemala. Recuerdo que tú habías escrito un texto de presentación de mi trabajo para la exposición en la Galería Kokkarstu en 2012 donde hablabas justamente de una evolución en mis puntos de interés. Es cierto que a menudo toco temas recurrentes como la problemática de mi país, la guerra, la identidad, la memoria, etc. y que en un momento dado, comencé a interesarme a otros temas más universales y más abstractos. Pero hay cosas enraizadas en mí y esta gana de hablar de la sociedad con el lenguaje artístico siempre me vuelve de manera natural. Sobre todo en un país como Camboya donde hay tantas cosas que decir. En todo caso este país está presente en lo que yo hago como podría estarlo Guatemala. En un momento de la preparación de la exposición en el centro Bophana, ya no sabía si estaba hablando de un país o del otro.
“Siempre me ha gustado la calle” dices. Podrías desarrollar un poco este punto? De donde te viene esa atracción por la calle? Como poeta, a mí también me encanta la calle, evidentemente, pero nunca he llegado a escribir en los muros... Nunca he hecho Street Poesía, por el momento. Tú, en cambio, practicas el Street Art, te gusta el Street Art, el grafiti, los tags, etc. Podrías hablarnos de lo que te interesa en esta práctica que podría recordarnos el muralismo mexicano? Por el rechazo al lienzo, o en todo caso como una práctica de ruptura con los códigos bien establecidos de la exposición en una galería con “vernissage” canapés y copa de champagne en la mano? De hecho, en Camboya ya era popular esta práctica antes de que tú llegaras? O eres tú el responsable, si podemos decirlo, de esta expansión del Street Art allá?
La calle…
Me encanta ver a la gente, el espectáculo vivo, el espacio público… Yo nací en la capital de Guatemala y hasta la pre-adolescencia solamente conocía la ciudad… Me gustaba (y me sigue gustando) vagabundear, perderme, descubrir mi entorno. Y es justamente lo que hacíamos con otros de mi edad. Andábamos ahí en las calles del centro de un país en plena guerra civil. Nosotros no nos dábamos cuenta de la dimensión de la guerra porque la capital era como una burbuja donde no se sabía todo lo que pasaba en el interior del país. Me acuerdo que en las paredes había pintas llamando al pueblo a tomar las armas, los nombres de los principales grupos de la guerrilla, retratos fotocopiados de los desaparecidos y afiches de propaganda del gobierno militar de turno. Esos eran años oscuros y las calles tristes y de cierto modo también oscuras. Pero era eso o quedarse en casa…
No creo que me gustaran esas calles, pero ahora que lo pienso me doy cuenta que me gustaban esas frases subversivas, escritas de manera tosca con spray negro o rojo.
Pero esos son solo recuerdos. El gusto por la calle como lienzo me vino mucho más tarde. Luego de haber pasado bastantes años con los acrílicos y los oleos en el taller. Creo que el verdadero detonante para comenzar a hacer Street art fue el descubrimiento del trabajo de Ernest Pignon Ernest. Su versatilidad, su estética y los temas que aborda me sedujeron instantáneamente y me incitaron a ver la calle como una especie de lienzo mayor. Un soporte más vivo, más complejo y sobre todo un espacio libre de las restricciones del arte oficial. Modificar el paisaje urbano y hacer pasar mensajes directos fueron dos argumentos suficiente para lanzarme a hacer “collages” y esténciles.
Pero personalmente no me considero un “Street artist” (aunque me gusta esa categoría del arte), yo hago eso como extensión de otras cosas. El esténcil vino después de la serigrafía, el collage después de la foto… En fin, todas esas prácticas son gratificantes pero la realización de una obra en la calle tiene el valor agregado de la adrenalina sin hablar de la postura artística pues el “Street” debido a su carácter efímero es una forma de desacralización del arte.
Esta práctica del arte urbano o street art comienza a desarrollarse poco a poco en Camboya. Yo llegué justo unos meses después del primer festivas “Cambodian Urban Art” en el cual participaron artistas camboyanos e internacionales en 2015. No vi este “nacimiento oficial” del Street art aquí pero algunos meses después encontré al organizador que me invitó a participar en la segunda edición en abril de 2016.
En términos de creación, yo participo en este movimiento como los otros artistas, instalados u originarios de aquí haciendo esténciles, grafitis o collages sin pensar que yo estoy desarrollando algo aquí. Si podemos hablar de una participación activa esta vendría más que todo de los talleres de introducción al Street art que yo organizo en solo o en colaboración con algunas instituciones.
Creo que el Street art ha sido bien recibido por los jóvenes camboyanos y que podría popularizarse fácilmente, pero por el contrario, es percibido con cierta desconfianza por parte de las autoridades.
Con desconfianza sin duda por ser espontaneo… o en todo caso más difícil de controlar que el arte “normal” de las galerías -de las que tú pareces comprender los limites dicho sea de paso-. La calle es la hierba de Deleuze, el filósofo francés. Esa que crece entre las piedras, entre las palabras, entre los códigos. Un espacio de lo posible, de cierto modo… Pero también el espacio sublime del encuentro donde en un efímero instante, brota “la pasante” de Baudelaire. Conoces este texto? Aquí está:
A una pasante.
La calle ensordecedora gritaba a mí alrededor.
Larga, delgada, en gran duelo, dolor majestuoso,
Pasa una mujer, con mano elegante
Levantando, balanceando encaje y ruedo;
Ágil y noble, con pierna de estatua.
Yo, bebía, crispado como un extravagante,
En sus ojos el cielo lívido donde nace el huracán,
La dulzura que fascina y el placer que mata.
Un rayo… luego la noche! -belleza furtiva-
Cuya mirada me hizo renacer de repente
Donde te volveré a ver si no en la eternidad?
En otro lado, lejos de aquí! demasiado tarde! quizás nunca!
Porque yo ignoro a donde huyes y tú no sabes dónde voy,
Oh tu a quien he amado, oh tu que lo has sabido!
Si Extraemos dos versos de este texto inmenso: “En sus ojos, el cielo lívido donde nace el huracán,
La dulzura que fascina y el placer que mata”. Me parece posible abordar otra dimensión importante a lo largo de toda tu obra: el erotismo. De las mujeres, precisamente. Desde ese tiempo en que pintabas mujeres atadas con los ojos vendados y labios rojos. Besos ardientes y pechos desnudos, me parece que tu manera de abordar el tema ha evolucionado considerablemente. Donde estas ahora en relación con “La dulzura que fascina y el placer que mata”?. Sigues buscando pintar ese “huracán de los sentidos” a la Bukowki? Donde queda Camboya en este tema? Aunque tu trabajo había comenzado a evolucionar antes de tu partida… El descubrimiento de esta nueva cultura ha modificado tu manera de abordar el tema?
El erotismo es una palabra enorme, que vehicula conceptos difusos e ideas esquivas. Podría decirte que yo nunca he “construido” una obra pensando únicamente en el erotismo. Este siempre ha estado ligado a otra cosa. Para ser sincero, en una buena parte de mis cuadros, es la “otra cosa” lo que quería pintar. El erotismo ha venido por sí solo… Por ejemplo en esta serie de la que me hablabas: AGRESIONES, esas mujeres con los ojos vendados y pinta labios rojos, hecha hace 10 años… La hice pensando en una persona que fue secuestrada, abusada y agredida por la policía durante la dictadura en Guatemala. Su historia me marcó para siempre por la brutalidad y el sadismo de los agresores. Yo quería hablar de esos hechos evidentemente pero abordándolos desde esa pulsión ambigua y casi imperceptible que se encuentra entre la sexualidad y el poder.
El filósofo Georges Donnet escribió un texto inspirado en esta serie. Aquí lo comparto porque me parece que él tiene ese poder de expresar en palabras eso que yo intento expresar en imágenes.
“Los cuadros de Erick González. Son “extraños y familiares a la vez, suaves y vivos, profundos y manifiestos, estéticos y políticos”. Nos tocan porque expresan ese erotismo oculto, esa sensualidad donde se mezclan belleza y dureza, ese sentimiento de culpabilidad personal que nos desestabiliza por los fantasmas que despiertan”.
Yo quería hablar de esta naturaleza humana tan compleja e inestable, lista à saltar del lado animal a la primera ocasión… Pero en ningún momento quise subestimar el drama de lo ocurrido en Guatemala. El pintalabios, los ojos vendados, la luz cenital, toda esta puesta en escena fue creada para poner énfasis en la agresión sexual.
En mi producción personal, como te decía antes, yo he focalizado mi búsqueda en el arte de los objetos, revisitarlos, asociarlos, darles un nuevo sentido… construir a partir del lenguaje simbólico y las formas de esos objetos. Quisiera desligarme de toda receta del arte y desacralizarlo… crear con lo que tenga a la mano.
En lo que concierne a mi “ritmo de producción”, no siento que haya bajado. Tal vez produzco menos pero para mí eso no es bajar el ritmo. Yo dedico mucho más tiempo a la reflexión y a la concepción de una obra que a su realización. En todo caso mucho más tiempo aquí que en Francia.
Y por esa energía de la que hablas, creo que ya la conocía, como si reviviera esa sensación de posguerra que conocí en Guatemala. Recuerdo que tú habías escrito un texto de presentación de mi trabajo para la exposición en la Galería Kokkarstu en 2012 donde hablabas justamente de una evolución en mis puntos de interés. Es cierto que a menudo toco temas recurrentes como la problemática de mi país, la guerra, la identidad, la memoria, etc. y que en un momento dado, comencé a interesarme a otros temas más universales y más abstractos. Pero hay cosas enraizadas en mí y esta gana de hablar de la sociedad con el lenguaje artístico siempre me vuelve de manera natural. Sobre todo en un país como Camboya donde hay tantas cosas que decir. En todo caso este país está presente en lo que yo hago como podría estarlo Guatemala. En un momento de la preparación de la exposición en el centro Bophana, ya no sabía si estaba hablando de un país o del otro.
“Siempre me ha gustado la calle” dices. Podrías desarrollar un poco este punto? De donde te viene esa atracción por la calle? Como poeta, a mí también me encanta la calle, evidentemente, pero nunca he llegado a escribir en los muros... Nunca he hecho Street Poesía, por el momento. Tú, en cambio, practicas el Street Art, te gusta el Street Art, el grafiti, los tags, etc. Podrías hablarnos de lo que te interesa en esta práctica que podría recordarnos el muralismo mexicano? Por el rechazo al lienzo, o en todo caso como una práctica de ruptura con los códigos bien establecidos de la exposición en una galería con “vernissage” canapés y copa de champagne en la mano? De hecho, en Camboya ya era popular esta práctica antes de que tú llegaras? O eres tú el responsable, si podemos decirlo, de esta expansión del Street Art allá?
La calle…
Me encanta ver a la gente, el espectáculo vivo, el espacio público… Yo nací en la capital de Guatemala y hasta la pre-adolescencia solamente conocía la ciudad… Me gustaba (y me sigue gustando) vagabundear, perderme, descubrir mi entorno. Y es justamente lo que hacíamos con otros de mi edad. Andábamos ahí en las calles del centro de un país en plena guerra civil. Nosotros no nos dábamos cuenta de la dimensión de la guerra porque la capital era como una burbuja donde no se sabía todo lo que pasaba en el interior del país. Me acuerdo que en las paredes había pintas llamando al pueblo a tomar las armas, los nombres de los principales grupos de la guerrilla, retratos fotocopiados de los desaparecidos y afiches de propaganda del gobierno militar de turno. Esos eran años oscuros y las calles tristes y de cierto modo también oscuras. Pero era eso o quedarse en casa…
No creo que me gustaran esas calles, pero ahora que lo pienso me doy cuenta que me gustaban esas frases subversivas, escritas de manera tosca con spray negro o rojo.
Pero esos son solo recuerdos. El gusto por la calle como lienzo me vino mucho más tarde. Luego de haber pasado bastantes años con los acrílicos y los oleos en el taller. Creo que el verdadero detonante para comenzar a hacer Street art fue el descubrimiento del trabajo de Ernest Pignon Ernest. Su versatilidad, su estética y los temas que aborda me sedujeron instantáneamente y me incitaron a ver la calle como una especie de lienzo mayor. Un soporte más vivo, más complejo y sobre todo un espacio libre de las restricciones del arte oficial. Modificar el paisaje urbano y hacer pasar mensajes directos fueron dos argumentos suficiente para lanzarme a hacer “collages” y esténciles.
Pero personalmente no me considero un “Street artist” (aunque me gusta esa categoría del arte), yo hago eso como extensión de otras cosas. El esténcil vino después de la serigrafía, el collage después de la foto… En fin, todas esas prácticas son gratificantes pero la realización de una obra en la calle tiene el valor agregado de la adrenalina sin hablar de la postura artística pues el “Street” debido a su carácter efímero es una forma de desacralización del arte.
Esta práctica del arte urbano o street art comienza a desarrollarse poco a poco en Camboya. Yo llegué justo unos meses después del primer festivas “Cambodian Urban Art” en el cual participaron artistas camboyanos e internacionales en 2015. No vi este “nacimiento oficial” del Street art aquí pero algunos meses después encontré al organizador que me invitó a participar en la segunda edición en abril de 2016.
En términos de creación, yo participo en este movimiento como los otros artistas, instalados u originarios de aquí haciendo esténciles, grafitis o collages sin pensar que yo estoy desarrollando algo aquí. Si podemos hablar de una participación activa esta vendría más que todo de los talleres de introducción al Street art que yo organizo en solo o en colaboración con algunas instituciones.
Creo que el Street art ha sido bien recibido por los jóvenes camboyanos y que podría popularizarse fácilmente, pero por el contrario, es percibido con cierta desconfianza por parte de las autoridades.
Con desconfianza sin duda por ser espontaneo… o en todo caso más difícil de controlar que el arte “normal” de las galerías -de las que tú pareces comprender los limites dicho sea de paso-. La calle es la hierba de Deleuze, el filósofo francés. Esa que crece entre las piedras, entre las palabras, entre los códigos. Un espacio de lo posible, de cierto modo… Pero también el espacio sublime del encuentro donde en un efímero instante, brota “la pasante” de Baudelaire. Conoces este texto? Aquí está:
A una pasante.
La calle ensordecedora gritaba a mí alrededor.
Larga, delgada, en gran duelo, dolor majestuoso,
Pasa una mujer, con mano elegante
Levantando, balanceando encaje y ruedo;
Ágil y noble, con pierna de estatua.
Yo, bebía, crispado como un extravagante,
En sus ojos el cielo lívido donde nace el huracán,
La dulzura que fascina y el placer que mata.
Un rayo… luego la noche! -belleza furtiva-
Cuya mirada me hizo renacer de repente
Donde te volveré a ver si no en la eternidad?
En otro lado, lejos de aquí! demasiado tarde! quizás nunca!
Porque yo ignoro a donde huyes y tú no sabes dónde voy,
Oh tu a quien he amado, oh tu que lo has sabido!
Si Extraemos dos versos de este texto inmenso: “En sus ojos, el cielo lívido donde nace el huracán,
La dulzura que fascina y el placer que mata”. Me parece posible abordar otra dimensión importante a lo largo de toda tu obra: el erotismo. De las mujeres, precisamente. Desde ese tiempo en que pintabas mujeres atadas con los ojos vendados y labios rojos. Besos ardientes y pechos desnudos, me parece que tu manera de abordar el tema ha evolucionado considerablemente. Donde estas ahora en relación con “La dulzura que fascina y el placer que mata”?. Sigues buscando pintar ese “huracán de los sentidos” a la Bukowki? Donde queda Camboya en este tema? Aunque tu trabajo había comenzado a evolucionar antes de tu partida… El descubrimiento de esta nueva cultura ha modificado tu manera de abordar el tema?
El erotismo es una palabra enorme, que vehicula conceptos difusos e ideas esquivas. Podría decirte que yo nunca he “construido” una obra pensando únicamente en el erotismo. Este siempre ha estado ligado a otra cosa. Para ser sincero, en una buena parte de mis cuadros, es la “otra cosa” lo que quería pintar. El erotismo ha venido por sí solo… Por ejemplo en esta serie de la que me hablabas: AGRESIONES, esas mujeres con los ojos vendados y pinta labios rojos, hecha hace 10 años… La hice pensando en una persona que fue secuestrada, abusada y agredida por la policía durante la dictadura en Guatemala. Su historia me marcó para siempre por la brutalidad y el sadismo de los agresores. Yo quería hablar de esos hechos evidentemente pero abordándolos desde esa pulsión ambigua y casi imperceptible que se encuentra entre la sexualidad y el poder.
El filósofo Georges Donnet escribió un texto inspirado en esta serie. Aquí lo comparto porque me parece que él tiene ese poder de expresar en palabras eso que yo intento expresar en imágenes.
“Los cuadros de Erick González. Son “extraños y familiares a la vez, suaves y vivos, profundos y manifiestos, estéticos y políticos”. Nos tocan porque expresan ese erotismo oculto, esa sensualidad donde se mezclan belleza y dureza, ese sentimiento de culpabilidad personal que nos desestabiliza por los fantasmas que despiertan”.
Yo quería hablar de esta naturaleza humana tan compleja e inestable, lista à saltar del lado animal a la primera ocasión… Pero en ningún momento quise subestimar el drama de lo ocurrido en Guatemala. El pintalabios, los ojos vendados, la luz cenital, toda esta puesta en escena fue creada para poner énfasis en la agresión sexual.
Por otro lado, a mí siempre me ha gustado pintar a la gente desnuda, sola, desprovista de toda forma de defensa. Nunca he querido pintar mujeres únicamente por su belleza. Eso en realidad no me interesa mucho. Pero es cierto que a veces agrego algunos accesorios que pueden distorsionar la percepción de un cuadro. Yo sé que mostrar una mujer con blue jeans apretados y el pecho descubierto puede guiar nuestra atención hacia el lado erótico. Y claro, a mí me gusta jugar con esos códigos sociales y distorsionar la percepción del cuadro, la pintura sin el erotismo sería demasiado aburrida.
Pero regresemos a tu pregunta… si yo pinto “La dulzura que fascina y el placer que mata”…?
Yo pinto, (o más bien represento) esa línea imaginaria de la que en un extremo se encuentra el placer y en el otro el dolor. Y no veo ninguna contradicción en esa dicotomía… Para mí un extremo sublima al otro y vice et versa.
Yo represento mujeres, es cierto, pero eso no es más que la forma, el verdadero fondo soy yo. Yo hablo de mí mismo, de ti y de todos. No de la mujer representada en el lienzo o la foto.
De todas formas mi manera de verlo es que uno desnuda un modelo para vestir una idea. Utilizar el cuerpo como medio discursivo.
Pero regresemos a tu pregunta… si yo pinto “La dulzura que fascina y el placer que mata”…?
Yo pinto, (o más bien represento) esa línea imaginaria de la que en un extremo se encuentra el placer y en el otro el dolor. Y no veo ninguna contradicción en esa dicotomía… Para mí un extremo sublima al otro y vice et versa.
Yo represento mujeres, es cierto, pero eso no es más que la forma, el verdadero fondo soy yo. Yo hablo de mí mismo, de ti y de todos. No de la mujer representada en el lienzo o la foto.
De todas formas mi manera de verlo es que uno desnuda un modelo para vestir una idea. Utilizar el cuerpo como medio discursivo.
Y el huracán de los sentidos? Yo no sé si mis obras despiertan ese tipo de sensaciones. Construir una obra como Bukowski construye una frase seria genial, y yo haría todo para que mis obras despierten al menos algunas preguntas sobre nuestra propia naturaleza. Pero las cosas se van hilando a su ritmo, van madurando poco a poco.
En tanto que publico, mis sentidos se despiertan a veces delante de una obra que no es necesariamente erótica. Soy tan sensible a un dibujo de Egon Schiele como a una obra conceptual, abstracta u otra. Una obra “completa” me hace vibrar de la misma forma.
Representar el erotismo no es una cosa fácil, y no sé si podría "construir" una obra erótica. Yo solamente represento lo que me gusta, lo que me gustaría ver… y lo hago dejando llevar por mi intuición. Si a la gente le gusta pues que bueno!
En tanto que publico, mis sentidos se despiertan a veces delante de una obra que no es necesariamente erótica. Soy tan sensible a un dibujo de Egon Schiele como a una obra conceptual, abstracta u otra. Una obra “completa” me hace vibrar de la misma forma.
Representar el erotismo no es una cosa fácil, y no sé si podría "construir" una obra erótica. Yo solamente represento lo que me gusta, lo que me gustaría ver… y lo hago dejando llevar por mi intuición. Si a la gente le gusta pues que bueno!
Me parece interesante que tú hables de intuición. Esa es una palabra importante, evidentemente, en todo trabajo artístico. Al mismo tiempo citas al filósofo Georges Donnet, que ha teorizado de manera muy profunda a partir de tus obras. Entre lo intuitivo y lo teórico, debemos concluir que es el primero que predomina en tu trabajo? Viendo algunas de tus obras, los objetos sobre todo, tengo la sensación de ver obras muy reflexivas, bastante pensadas, antes de su realización. Nada que ver con la pincelada intempestiva o enérgica a la Jakson Pollok. Podríamos decir que eres un artista conceptual? O esta idea de “concepto” (tan de moda) te molesta?
Qué lugar le dejas a la reflexión en tu trabajo? Donde queda el lugar para la espontaneidad y el azar cuando buscas crear obras reflexivas y construidas intelectualmente? Como conciliar estos dos opuestos (admitiendo que se trate realmente de opuestos)? Como avanzar en esta cuerda floja?
Es cierto que casi nunca hablo de intuición en mi trabajo, esa es una palabra que casi nunca me pasa por la mente. Si ahora la menciono es porque hemos tocado dos temas estrechamente ligados al campo de la intuición. La pintura, de un lado, que se construye o se construía muy a menudo en el terreno de la intuición. Pienso en la pintura moderna sobre todo, donde los artistas buscaban por ese medio la mejor forma de hacer representaciones subjetivas. Y por otro lado el erotismo… Terreno nebuloso al que sentí tener un mejor acceso por la vía de la intuición que por la vía de la razón.
Todo eso fue como una conjunción de cosas, fue el periodo en que solo hacia pintura y un momento en que quería profundizar en el tema del erotismo. Ahí me di cuenta que la razón no abre siempre las puertas a ese tipo de conceptos de naturaleza esquiva.
Actualmente me sirvo mucho más de la reflexión porque he evolucionado a lo largo de mi carrera. Siento que sigo una curva natural que me ha llevado a este lado del campo. Mi búsqueda y mis intereses me han traído a este punto donde lo que me interesa es construir objetos. Y digo bien construir porque cada elemento de una obra está calculado y esto no deja mucho espacio para la intuición. Si ésta se presenta será en el momento de la concepción de la obra o en la búsqueda del tema.
Yo reflexiono mucho antes de realizar un objeto, pero esto no hace de mí un artista conceptual. Yo considero el arte conceptual como un arte mayor que ha influido una gran diversidad de corrientes artísticas actuales, incluyendo la mía, pero no me considero un artista conceptual en el sentido estricto del término.
Lo que podría molestarme es el hecho de utilizar este tipo de “label” para legitimar a un artista actual.
Como has dicho, la mayoría de artistas emergentes se dicen conceptuales porque de cierto modo eso suena “in” pero el llamado arte conceptual es también un terreno que se presta a la charlatanería, a la pseudo filosofía y a la manipulación del arte y de los conceptos que lo definen.
Pienso que deberíamos dejar de lado esas categorías y focalizarnos en la sensibilidad del artista y en su capacidad de entender el mundo que le rodea. Pero sobre todo, en su capacidad de transformar esos elementos de percepción en un “objeto de arte” que reúna las dimensiones conceptuales, estéticas y emocionales.
Yo busco construir estos tres pilares en mis obras (y digo bien BUSCO) y desde que me dedico a crear objetos es la razón que gana terreno sobre la intuición.
Qué lugar le dejas a la reflexión en tu trabajo? Donde queda el lugar para la espontaneidad y el azar cuando buscas crear obras reflexivas y construidas intelectualmente? Como conciliar estos dos opuestos (admitiendo que se trate realmente de opuestos)? Como avanzar en esta cuerda floja?
Es cierto que casi nunca hablo de intuición en mi trabajo, esa es una palabra que casi nunca me pasa por la mente. Si ahora la menciono es porque hemos tocado dos temas estrechamente ligados al campo de la intuición. La pintura, de un lado, que se construye o se construía muy a menudo en el terreno de la intuición. Pienso en la pintura moderna sobre todo, donde los artistas buscaban por ese medio la mejor forma de hacer representaciones subjetivas. Y por otro lado el erotismo… Terreno nebuloso al que sentí tener un mejor acceso por la vía de la intuición que por la vía de la razón.
Todo eso fue como una conjunción de cosas, fue el periodo en que solo hacia pintura y un momento en que quería profundizar en el tema del erotismo. Ahí me di cuenta que la razón no abre siempre las puertas a ese tipo de conceptos de naturaleza esquiva.
Actualmente me sirvo mucho más de la reflexión porque he evolucionado a lo largo de mi carrera. Siento que sigo una curva natural que me ha llevado a este lado del campo. Mi búsqueda y mis intereses me han traído a este punto donde lo que me interesa es construir objetos. Y digo bien construir porque cada elemento de una obra está calculado y esto no deja mucho espacio para la intuición. Si ésta se presenta será en el momento de la concepción de la obra o en la búsqueda del tema.
Yo reflexiono mucho antes de realizar un objeto, pero esto no hace de mí un artista conceptual. Yo considero el arte conceptual como un arte mayor que ha influido una gran diversidad de corrientes artísticas actuales, incluyendo la mía, pero no me considero un artista conceptual en el sentido estricto del término.
Lo que podría molestarme es el hecho de utilizar este tipo de “label” para legitimar a un artista actual.
Como has dicho, la mayoría de artistas emergentes se dicen conceptuales porque de cierto modo eso suena “in” pero el llamado arte conceptual es también un terreno que se presta a la charlatanería, a la pseudo filosofía y a la manipulación del arte y de los conceptos que lo definen.
Pienso que deberíamos dejar de lado esas categorías y focalizarnos en la sensibilidad del artista y en su capacidad de entender el mundo que le rodea. Pero sobre todo, en su capacidad de transformar esos elementos de percepción en un “objeto de arte” que reúna las dimensiones conceptuales, estéticas y emocionales.
Yo busco construir estos tres pilares en mis obras (y digo bien BUSCO) y desde que me dedico a crear objetos es la razón que gana terreno sobre la intuición.
Todo se rompe, todo se reúne nuevamente; el edificio de la existencia se construye eternamente. Todo se separa, todo se reencuentra, el circulo de la existencia continua fiel a sí mismo”
Nietzsche - Así hablaba Zarathoustra-
Ahora que tocamos el tema de la razón… de la relación del pensamiento con la “concepción” de un objeto artístico, me gustaría preguntarte de forma más amplia, sobre la relación que mantienes con otras ramas del arte: la literatura, por supuesto, pero también la música, el cine, etc. Sé, por ejemplo, desde que te conozco, que mantienes lazos de amistad con algunos poetas, pero no solamente. Siento que sus palabras, sus imágenes, su forma de abordar la realidad te nutren para tus creaciones? Podrías tú también escribir un día? o prefieres dejar a la creación poética su fuerza de detonador marginal, a la frontera de tu propio trabajo plástico? Podrías también hablarnos brevemente (o no) de los artistas no plásticos que te han dado la energía o que te la siguen dando?
Yo pienso que el gusto por el arte es uno solo y este abarca todo lo que toca las cuerdas sensibles de tu espíritu. Puede venir de la música como de la literatura o de las artes visuales… para mi todas estas ramas del arte parten o se encuentran en un punto impreciso de su ser interior que vibra frente al “evento artístico” sin que tu sepas exactamente porqué.
Pero el poder de la palabra no tiene comparación y yo sigo en la admiración de esos que, utilizando las mismas palabras que yo conozco, logran construir frases que te muestran cosas esenciales de la vida, de la naturaleza humana y de la existencia.
Yo pienso que el gusto por el arte es uno solo y este abarca todo lo que toca las cuerdas sensibles de tu espíritu. Puede venir de la música como de la literatura o de las artes visuales… para mi todas estas ramas del arte parten o se encuentran en un punto impreciso de su ser interior que vibra frente al “evento artístico” sin que tu sepas exactamente porqué.
Pero el poder de la palabra no tiene comparación y yo sigo en la admiración de esos que, utilizando las mismas palabras que yo conozco, logran construir frases que te muestran cosas esenciales de la vida, de la naturaleza humana y de la existencia.
Es por eso que la literatura siempre ha sido importante en mi trabajo. Mis dos primeras exposiciones personales se hicieron en torno a los textos de Luis Cardoza y Aragón, un escritor clave en la historia de mi país de origen, Guatemala. La primera “Ojo y Voz” en Guatemala 2008 y la segunda el año siguiente “Guatemala las líneas de su mano” en la sede de la UNESCO en Paris. La lectura de este último me tocó muy fuerte y me enseño muchas cosas sobre mi propia identidad y la de los otros.
Yo leo y me sirvo de la literatura porque aprendo cosas sobre la sociedad, la historia y como diría Georges Donnét, los asuntos humanos. La poesía y la filosofía, por el contrario, me ayudan a comprender cosas más profundas de la vida, con mis limitaciones por supuesto, visto que no soy ni poeta ni filosofo.
Algunos años mas tarde y bien instalado en Paris pude organizar la exposición “Reflexiones sobre el vacío” con el artista guatemalteco Álvaro Sánchez, a manera de homenaje a Emil Cioran, quien ha sido siempre una fuente de inspiración en mi trabajo y hasta me permitiría decir de nuestro trabajo.
El francés Georges Batalle esta siempre muy presente aunque menos visible en mis trabajos. Sobre todo en esas de la que hablábamos en torno al erotismo. Me parece que Bataille es un maestro hablando de las pulsiones más fuertes y más presentes en la naturaleza humana: el erotismo y la consciencia de la muerte. Para mi descubrirlo fué como un electroshock. Podría decir que éste le agregó tonos negros a mi paleta.
Pero regresando a tu pregunta, para mí que un artista se nutre sencillamente de arte y este se encuentra en pequeñas dosis en casi toda la construcción humana. “El arte es todo lo que no es natural” dejó entrever Picasso.
Aparte de que leer es ver la realidad de otra forma. La poesía revela y vehicula imágenes “inimaginables” antes de ser escritas.
Personalmente desconfió de los artistas a quienes no les gusta la lectura o la música o la cocina, el teatro, el cine, etc… las partículas elementales del arte se encuentran en todas sus ramas.
Ahora, si escribo?... Si, escribí una pequeña novela o un cuento largo, (no sé bien como clasificarlo) entre 2013 y 2015 cuando vivía en Paris. Casi nunca hablo de eso porque no tengo la pretensión de ser un escritor y lo hice únicamente por mi propio placer, aunque este placer me haya exigido mucho tiempo y mucha reflexión. Me encantó el esfuerzo mental que te requiere la creación literaria. Me encantó este esfuerzo que me obligó a replantear mis convicciones y a poner en palabras algunas cosas que estaban dentro de mí pero que no tenían una forma precisa.
La literatura es VASTA! Thaks heaven! y en resumen creo que nos enseña simplemente cosas de la vida.
La creación literaria se parece de cierto modo a la creación visual pero es otra cosa. Se trata de jugar y construir con el significado de las palabras y no con el de las formas o los simbolismos. Si hablamos de poesía yo diría que el objeto buscado por estas dos disciplinas es el mismo, lo que cambia son los medios de alcanzarlos.
En lo referente a la música es como una relación pasional. La música modifica mis estados de ánimo y la considero necesaria. Sabés? la música es como un jardín secreto para cada persona y un vector de emociones. Yo escucho varios géneros de música pero los más recurrentes son el rock el hip hop, el folk y las viejas canciones de jazz (Billie HOlliday, Ella Fitzgerald, Nina Simone, etc.). Cuando mi espíritu me lo pide, y no tan a menudo, un poco de Bach, tango o la música asiática que estoy descubriendo acá.
En lo que concierne a Cioran, por ejemplo, ya que mencionas la importancia de este pensador para ti, que pasó de la lengua rumana al francés… No puedo evitar pensar en esta frase que te marcó profundamente al grado de escribirla por todos lados en los muros de Paris en una época: “Todos estamos en el fondo de un infierno en el que cada instante es un milagro”. Podrías hablarnos un poco del efecto detonante de esta frase esencial? Que te movió adentro? Qué chispa vital enciende? De manera más general, continuas a percibir el hecho de haber nacido como un “inconveniente”? “Nacimiento y cadenas son sinónimos. Ver la luz es ver los grilletes…” dice Cioran. Crear en vez de procrear… dar vida a obras rebeldes más que a niños encadenados… es para ti eso la mejor forma de insultar los grilletes?
Siento que la gente necesita aferrarse a algo para olvidar el drama de la vida, es decir la conciencia de la muerte. Tal vez no la propia sino la de los otros, la del resto… porque todo muere, todo desaparece, todo cambia, la única constante es la muerte y eso no lo podremos olvidar nunca.
La muerte o el tiempo de vida, ambos son una fuente de angustia. La finitud de las coas en todo caso, y eso nos lleva al tiempo. El tiempo es el infierno del que habla Cioran, esta especie de jaula de la que nadie sale con vida.
Yo leo y me sirvo de la literatura porque aprendo cosas sobre la sociedad, la historia y como diría Georges Donnét, los asuntos humanos. La poesía y la filosofía, por el contrario, me ayudan a comprender cosas más profundas de la vida, con mis limitaciones por supuesto, visto que no soy ni poeta ni filosofo.
Algunos años mas tarde y bien instalado en Paris pude organizar la exposición “Reflexiones sobre el vacío” con el artista guatemalteco Álvaro Sánchez, a manera de homenaje a Emil Cioran, quien ha sido siempre una fuente de inspiración en mi trabajo y hasta me permitiría decir de nuestro trabajo.
El francés Georges Batalle esta siempre muy presente aunque menos visible en mis trabajos. Sobre todo en esas de la que hablábamos en torno al erotismo. Me parece que Bataille es un maestro hablando de las pulsiones más fuertes y más presentes en la naturaleza humana: el erotismo y la consciencia de la muerte. Para mi descubrirlo fué como un electroshock. Podría decir que éste le agregó tonos negros a mi paleta.
Pero regresando a tu pregunta, para mí que un artista se nutre sencillamente de arte y este se encuentra en pequeñas dosis en casi toda la construcción humana. “El arte es todo lo que no es natural” dejó entrever Picasso.
Aparte de que leer es ver la realidad de otra forma. La poesía revela y vehicula imágenes “inimaginables” antes de ser escritas.
Personalmente desconfió de los artistas a quienes no les gusta la lectura o la música o la cocina, el teatro, el cine, etc… las partículas elementales del arte se encuentran en todas sus ramas.
Ahora, si escribo?... Si, escribí una pequeña novela o un cuento largo, (no sé bien como clasificarlo) entre 2013 y 2015 cuando vivía en Paris. Casi nunca hablo de eso porque no tengo la pretensión de ser un escritor y lo hice únicamente por mi propio placer, aunque este placer me haya exigido mucho tiempo y mucha reflexión. Me encantó el esfuerzo mental que te requiere la creación literaria. Me encantó este esfuerzo que me obligó a replantear mis convicciones y a poner en palabras algunas cosas que estaban dentro de mí pero que no tenían una forma precisa.
La literatura es VASTA! Thaks heaven! y en resumen creo que nos enseña simplemente cosas de la vida.
La creación literaria se parece de cierto modo a la creación visual pero es otra cosa. Se trata de jugar y construir con el significado de las palabras y no con el de las formas o los simbolismos. Si hablamos de poesía yo diría que el objeto buscado por estas dos disciplinas es el mismo, lo que cambia son los medios de alcanzarlos.
En lo referente a la música es como una relación pasional. La música modifica mis estados de ánimo y la considero necesaria. Sabés? la música es como un jardín secreto para cada persona y un vector de emociones. Yo escucho varios géneros de música pero los más recurrentes son el rock el hip hop, el folk y las viejas canciones de jazz (Billie HOlliday, Ella Fitzgerald, Nina Simone, etc.). Cuando mi espíritu me lo pide, y no tan a menudo, un poco de Bach, tango o la música asiática que estoy descubriendo acá.
En lo que concierne a Cioran, por ejemplo, ya que mencionas la importancia de este pensador para ti, que pasó de la lengua rumana al francés… No puedo evitar pensar en esta frase que te marcó profundamente al grado de escribirla por todos lados en los muros de Paris en una época: “Todos estamos en el fondo de un infierno en el que cada instante es un milagro”. Podrías hablarnos un poco del efecto detonante de esta frase esencial? Que te movió adentro? Qué chispa vital enciende? De manera más general, continuas a percibir el hecho de haber nacido como un “inconveniente”? “Nacimiento y cadenas son sinónimos. Ver la luz es ver los grilletes…” dice Cioran. Crear en vez de procrear… dar vida a obras rebeldes más que a niños encadenados… es para ti eso la mejor forma de insultar los grilletes?
Siento que la gente necesita aferrarse a algo para olvidar el drama de la vida, es decir la conciencia de la muerte. Tal vez no la propia sino la de los otros, la del resto… porque todo muere, todo desaparece, todo cambia, la única constante es la muerte y eso no lo podremos olvidar nunca.
La muerte o el tiempo de vida, ambos son una fuente de angustia. La finitud de las coas en todo caso, y eso nos lleva al tiempo. El tiempo es el infierno del que habla Cioran, esta especie de jaula de la que nadie sale con vida.
Yo vivía en Paris cuando hice este esténcil, y tiene sus razones, Paris era para mí en ese momento una especie de Jaula bien decorada donde todo ha sido hecho para que uno olvide las cosas importantes de la vida. Sentí que yo mismo había caído en la trampa y que -yo mismo- quería aferrarme a la belleza de esta ciudad y a toda la gloria del pasado que aun habita en el imaginario francés -y no solamente de hecho-. Sentía que tenía que luchar cada día para sobrevivir y para encontrar mi lugar en esta ciudad, a veces encantadora, a veces hostil… mucho más a menudo hostil en ese momento.
Comencé a sentir el agua que subía hasta el cuello y de repente, caí en esa frase...
“Todos estamos en el fondo de un infierno en el que cada instante es un milagro”
Y no sentí ningún pesimismo en ella. Para mí fue más bien un llamado a ver la vida, a volverse hacia lo esencial. El milagro del presente que es la única cosa que “tenemos” entre las manos (en caso de que podamos “tener” alguna cosa).
Entonces pensé en Cioran, y me decía que seguramente él escribe para sí mismo, y yo hice como él. Quizás estos esténciles estaban inconscientemente dirigidos a mí mismo. Quizás sólo quería recordarme que lo esencial esta en otro lado, que el verdadero sentido de la vida no se encuentra en la apariencia de las cosas ni en lo material. Sé que esa frase me sirvió como un punto de apoyo en ese momento difícil de mi vida y que el poder de las palabras me volvió a ayudar a mantenerme a flote. Finalmente ese tipo de reflexiones deben ser útiles únicamente de manera personal. Entonces comencé a poner esta frase por todos lados pero sobre todo cerca de los bares que frecuentaba en Paris.
Las frases de Cioran tienen ese poder de sacudirte las neuronas y de hacerte reflexionar para intentar entender mejor ese enorme caos que es el mundo y la extravagancia del ser humano -retomando sus palabras-. Pero también es ese filósofo que usa las palabras correctas para hablar del sentimiento de Blue, saudade, Melancolía o como quieras llamarle. Te da razones concretas para no caer en la ilusión de la Vie en Rose.
Cuando me siento down leo a Cioran y termino siempre sonriendo. Me encanta su lucidez, su sentido de la ironía y su “pesimismo”. No es eso último que busco a priori pero al menos tengo la sensación de no ser el único que ve la vida en gris y eso me pone de buen humor.
Por la segunda parte de tu pregunta: No considero la vida como un inconveniente y no tengo nada contra el “hecho de haber nacido”. Soy solamente consciente de la locura humana reflejada a lo largo de toda la historia del mundo y eso me hace un poco pesimista. El hombre es un depredador despiadado, desnaturalizado y loco por el poder.
La procreación no me seduce tanto como la creación, eso está claro, pero no iría hasta oponer estos dos términos. Pienso que la procreación te da otro punto de vista sobre la vida y la muerte y consecuentemente otra manera de crear.
Y ya que evocamos la creación y la procreación… como ves tu futuro humano, geográfico y artístico? Donde piensas vivir? Ir, o hacer próximamente? Tienes una mínima idea de todo eso o prefieres improvisar al día a día?
No lo sé. He descubierto algunos países de Asia y no creo que quisiera parar ahora. Este continente es vasto y quisiera ver todo! Me siento seducido por este lado del mundo y por la diversidad cultural. Quisiera vivir tres vidas y viajar, viajar porque eso me da una especie de energía necesaria.
En lo que respecta al arte yo hago las cosas a mi ritmo, no tengo ninguna obligación, es un placer que vive en mí y que expreso porque así me gusta. Yo estoy completamente fuera del mercado del arte, yo lo hago para mí. Ya no busco el reconocimiento porque siento que eso contamina la búsqueda artística objetiva. Obviamente quisiera vivir de mi trabajo y hacer girar la rueda para financiar otros proyectos pero si eso no se da pues habrá que buscar otras formas.
Yo trabajo en la comunicación y la creación gráfica y eso me permite ser más independiente en mi búsqueda artística.
Por el momento me quedo aquí, me encanta Camboya y me veo mal, o menos bien, en otro lado que aquí. Me encanta la gente camboyana, han guardado algo intacto a pesar del infierno que les tocó vivir.
Siento que ahora mi vida está cortada en tres: Guatemala, Francia y Camboya (aunque sólo hace dos años que estoy aquí) siento que no podría irme simplemente así, no ahora, en todo caso.
Del futuro no sé nada. Quisiera poner las cosas en su lugar para poder dedicarme completamente al arte pero no es fácil y por el momento aún no es el caso. Pero en esas estoy.
Yo no improviso el día a día, o quizás en las pequeñas decisiones cotidianas pero en las líneas mayores intento proyectarme un mínimo. Necesito un pequeño cuadro de vida en el espacio y en el tiempo. Este año por ejemplo, iré a Francia y a Guatemala, quisiera proponer a otros amigos artistas que creemos lazos culturales entre los tres países… Quisiera organizar una exposición colectiva en Camboya, estoy preparando una instalación de tamaño considerable… trabajo en mis objetos, etc.
No soy tan aventurero como para improvisar cada día. Ya no hago como hacia cuando tenía 20 años.
Ahora que ya no tienes 20 años, y para terminar la entrevista, me gustaría hacerte la misma pregunta que tú me hiciste hace unos meses: Que consejo darías tú, tu que tanto has paseado tu mochila en el espacio y en el tiempo, a un joven de 20 años o menos, contaminado también por el virus de la creación artística? Que consejo de “viejo zorro” le darías aunque no lo siga? Que te hubiera gustado escuchar a esta edad que nadie te dijo? Que hubiera podido ayudarte o que quizás simplemente olvidaste?
No tengo gran cosa que decir a los jóvenes o a los jóvenes artistas… Para empezar porque a esa edad uno no quiere escuchar nada, y porque yo mismo me considero siempre en construcción y no tan maduro como para aconsejar a los otros. Pero si puedo compartir una reflexión, diría que no hay que olvidarse nunca de ser sincero y de concentrarse en la obra. El resto podrá venir, o no, pero eso debe ser siempre secundario.
Hay dos frases que me han marcado mucho y que me acompañan desde hace unos años… La primera, dicha por el maestro Roberto Cabrera (Guatemala) hablando de arte: Cuando uno no tiene nada que decir es mejor callarse!
La segunda pronunciada por un maestro de Tai Chi, también hablando de arte: Uno puede hacer cualquier cosa, pero no de cualquier forma.
Para terminar, cito al más lúcido de los “viejos zorros”: No lo hagas, no lo hagas a menos que salga de tu alma con la fuerza de un cohete. Charles Bukowski
Comencé a sentir el agua que subía hasta el cuello y de repente, caí en esa frase...
“Todos estamos en el fondo de un infierno en el que cada instante es un milagro”
Y no sentí ningún pesimismo en ella. Para mí fue más bien un llamado a ver la vida, a volverse hacia lo esencial. El milagro del presente que es la única cosa que “tenemos” entre las manos (en caso de que podamos “tener” alguna cosa).
Entonces pensé en Cioran, y me decía que seguramente él escribe para sí mismo, y yo hice como él. Quizás estos esténciles estaban inconscientemente dirigidos a mí mismo. Quizás sólo quería recordarme que lo esencial esta en otro lado, que el verdadero sentido de la vida no se encuentra en la apariencia de las cosas ni en lo material. Sé que esa frase me sirvió como un punto de apoyo en ese momento difícil de mi vida y que el poder de las palabras me volvió a ayudar a mantenerme a flote. Finalmente ese tipo de reflexiones deben ser útiles únicamente de manera personal. Entonces comencé a poner esta frase por todos lados pero sobre todo cerca de los bares que frecuentaba en Paris.
Las frases de Cioran tienen ese poder de sacudirte las neuronas y de hacerte reflexionar para intentar entender mejor ese enorme caos que es el mundo y la extravagancia del ser humano -retomando sus palabras-. Pero también es ese filósofo que usa las palabras correctas para hablar del sentimiento de Blue, saudade, Melancolía o como quieras llamarle. Te da razones concretas para no caer en la ilusión de la Vie en Rose.
Cuando me siento down leo a Cioran y termino siempre sonriendo. Me encanta su lucidez, su sentido de la ironía y su “pesimismo”. No es eso último que busco a priori pero al menos tengo la sensación de no ser el único que ve la vida en gris y eso me pone de buen humor.
Por la segunda parte de tu pregunta: No considero la vida como un inconveniente y no tengo nada contra el “hecho de haber nacido”. Soy solamente consciente de la locura humana reflejada a lo largo de toda la historia del mundo y eso me hace un poco pesimista. El hombre es un depredador despiadado, desnaturalizado y loco por el poder.
La procreación no me seduce tanto como la creación, eso está claro, pero no iría hasta oponer estos dos términos. Pienso que la procreación te da otro punto de vista sobre la vida y la muerte y consecuentemente otra manera de crear.
Y ya que evocamos la creación y la procreación… como ves tu futuro humano, geográfico y artístico? Donde piensas vivir? Ir, o hacer próximamente? Tienes una mínima idea de todo eso o prefieres improvisar al día a día?
No lo sé. He descubierto algunos países de Asia y no creo que quisiera parar ahora. Este continente es vasto y quisiera ver todo! Me siento seducido por este lado del mundo y por la diversidad cultural. Quisiera vivir tres vidas y viajar, viajar porque eso me da una especie de energía necesaria.
En lo que respecta al arte yo hago las cosas a mi ritmo, no tengo ninguna obligación, es un placer que vive en mí y que expreso porque así me gusta. Yo estoy completamente fuera del mercado del arte, yo lo hago para mí. Ya no busco el reconocimiento porque siento que eso contamina la búsqueda artística objetiva. Obviamente quisiera vivir de mi trabajo y hacer girar la rueda para financiar otros proyectos pero si eso no se da pues habrá que buscar otras formas.
Yo trabajo en la comunicación y la creación gráfica y eso me permite ser más independiente en mi búsqueda artística.
Por el momento me quedo aquí, me encanta Camboya y me veo mal, o menos bien, en otro lado que aquí. Me encanta la gente camboyana, han guardado algo intacto a pesar del infierno que les tocó vivir.
Siento que ahora mi vida está cortada en tres: Guatemala, Francia y Camboya (aunque sólo hace dos años que estoy aquí) siento que no podría irme simplemente así, no ahora, en todo caso.
Del futuro no sé nada. Quisiera poner las cosas en su lugar para poder dedicarme completamente al arte pero no es fácil y por el momento aún no es el caso. Pero en esas estoy.
Yo no improviso el día a día, o quizás en las pequeñas decisiones cotidianas pero en las líneas mayores intento proyectarme un mínimo. Necesito un pequeño cuadro de vida en el espacio y en el tiempo. Este año por ejemplo, iré a Francia y a Guatemala, quisiera proponer a otros amigos artistas que creemos lazos culturales entre los tres países… Quisiera organizar una exposición colectiva en Camboya, estoy preparando una instalación de tamaño considerable… trabajo en mis objetos, etc.
No soy tan aventurero como para improvisar cada día. Ya no hago como hacia cuando tenía 20 años.
Ahora que ya no tienes 20 años, y para terminar la entrevista, me gustaría hacerte la misma pregunta que tú me hiciste hace unos meses: Que consejo darías tú, tu que tanto has paseado tu mochila en el espacio y en el tiempo, a un joven de 20 años o menos, contaminado también por el virus de la creación artística? Que consejo de “viejo zorro” le darías aunque no lo siga? Que te hubiera gustado escuchar a esta edad que nadie te dijo? Que hubiera podido ayudarte o que quizás simplemente olvidaste?
No tengo gran cosa que decir a los jóvenes o a los jóvenes artistas… Para empezar porque a esa edad uno no quiere escuchar nada, y porque yo mismo me considero siempre en construcción y no tan maduro como para aconsejar a los otros. Pero si puedo compartir una reflexión, diría que no hay que olvidarse nunca de ser sincero y de concentrarse en la obra. El resto podrá venir, o no, pero eso debe ser siempre secundario.
Hay dos frases que me han marcado mucho y que me acompañan desde hace unos años… La primera, dicha por el maestro Roberto Cabrera (Guatemala) hablando de arte: Cuando uno no tiene nada que decir es mejor callarse!
La segunda pronunciada por un maestro de Tai Chi, también hablando de arte: Uno puede hacer cualquier cosa, pero no de cualquier forma.
Para terminar, cito al más lúcido de los “viejos zorros”: No lo hagas, no lo hagas a menos que salga de tu alma con la fuerza de un cohete. Charles Bukowski